EL ÚNICO MÉTODO QUE FUNCIONA CIEN POR CIEN ES EL QUE IMPONE EL NIÑO: ÉL NOS DIRÁ CUÁNDO ESTÁ PREPARADO PARA DEJAR EL PAÑAL
¿Cómo sé que mi hijo está preparado para dejar el pañal? En realidad, el control de esfínteres y abandono del pañal son dos conceptos que van de la mano, pero que no tienen que darse al mismo tiempo. Intervienen factores como la maduración fisiológica, psicológica, la motivación y el entorno.
ASPECTOS FISIOLÓGICOS
En los bebés el pis sucede de forma espontánea debido a un reflejo medular, es automático. Alrededor de los dos años hay un aumento en la capacidad de almacenamiento del pis y comienza a madurar el sistema nervioso.
Antes era un reflejo involuntario y ahora empieza a ser una sensación consciente (hacer pis, caca o aguantarse puede ser controlada voluntariamente). El niño puede ser capaz de decidir cuándo contraer y relajar los esfínteres.
ASPECTOS PSICOLÓGICOS
Entre el segundo y el tercer año los pequeños comienzan a tener una mayor conciencia de sí mismos y de los demás. Empiezan a distinguir con claridad partes del cuerpo y sensaciones que proceden de cada una de ellas, como el dolor. Estos descubrimientos son asombrosos y nos anuncian por todo lo alto las ganas de hacer pis o nos informan detalladamente mientras lo están haciendo.
Otra aspecto a tener en cuenta es que antes el pañal mojado y el resto de su cuerpo eran prácticamente la misma cosa. Ahora descubre que el pañal y sus excrementos son complementos de su cuerpo que a veces no ha de llevar pegados. A muchos niños les gusta utilizar el orinal para ver a dónde van a parar esas partes queridas de sí mismos de las que se desprende de repente.
Lo ideal es que el niño sea quien decida abandonar los pañales por sí mismo y no a la inversa. Sentirse dueño de sus propios logros le permiten mejorar su autoestima, además de sentirse más comprometido y motivado para el cambio.
NUESTRO PAPEL
La tarea de los padres es sencilla: prestar al niño ayuda e información pero sin recurrir a complejos entrenamientos. ¿Qué debemos hacer?
Esperar a que llegue la madurez fisiológica y respetar a nuestro hijo en el ritmo que él imponga (la retirada del pañal no es lineal, puede haber avances y retrocesos). No porque sea verano va a ser más fácil ni es el mejor momento.
Tener en cuenta y fomentar su maduración psicológica. ¿Cómo? Adelantando sus avances, su deseo de ser independiente, animándole a ganar autonomía en otras áreas de su vida, etc.
Dar información. Cuando empiece a mostrar interés, le diremos dónde van sus excrementos, qué sucede con ellos, cómo lo hacen los animales, los papás, los otros niños de su clase o su hermano.
Poner a su disposición un váter con un escalón y un adaptador por si lo quiere usar (u orinal), ropa cómoda, pañales y bragas o calzoncillos. Poner a su disposición es informar de dónde está cada cosa, no forzar su uso.
Estar atentos, es decir, mirarle cuando lo pida, preguntarle cómo se siente con sus logros, y sobre todo, no culpabilizarle ante un escape ni premiarle cuando lo consiga, el niño ya se sentirá orgulloso por su logro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario