Higiene como necesidad básica
Higiene: estudia las condiciones y los factores personales o
ambientales que influyen el la salud física y mental que favorecen la aparición
y la difusión de las enfermedades.
En la escuela infantil es importante
fomentar la higiene, ya que ésta es esencial en los niños para defender su
cuerpo ante posibles infecciones.
La higiene se puede clasificar en dos
categorías:
Higiene personal: medidas encaminadas a la conservación de
la integridad de las diversas funciones del organismo y de la mejora y el
incremento de la salud. Forma parte de las costumbres de cada cultura e incluye
aspectos diferentes, entre ellos el aseo corporal y el arreglo
personal.
Higiene ambiental: se basa en que los espacios, los
materiales y el ambiente donde se desarrollen las actividades del niño
dispongan de las condiciones higiénicas adecuadas.
Adquisición de hábitos en la higiene
Pasa por 3 fases:
· Fase pasiva: la persona adulta realiza las
actividades de la higiene del bebé.
· Fase de
colaboración: el niño
empieza a participar de su propio aseo. En los primeros períodos será la persona adulta
la que realice el aseo ayudada por el niño; más adelante será éste quien lo
realice y el
adulto se limitará a prestar una simple ayuda.
· Fase activa: independencia progresiva de las
maniobras de aseo personal por parte del niño, aunque al comienzo todavía bajo una prudente y
simple vigilancia por parte de la persona adulta.
· Aseo corporal
Los principales responsables del aseo
corporal de los niños son las propias familias, sobre todo en los
primeros meses.
El educador infantil se va a ocupar más
directamente de trabajar aspectos cotidianos del aseo acondicionándolos a su
conversión en hábitos.
Las tareas del educador abarcan desde los
bebés a los que hay que cambiar pañales hasta niños de 6 años que ya deben
tener asimilados en parte o completamente muchos de los hábitos higiénicos.
· El aseo corporal
se va a dividir en:
Cuidados específicos del bebé
La higiene en los primeros meses de vida
es esencial ya que el bebé no ha desarrollado su sistema inmunológico.
Habitáculos, mobiliario, materiales y
juguetes han de ser lavados y desinfectados, debiendo tener especial precaución
con el polvo y la humedad por ser origen de diversos focos infecciosos.
Antes de iniciar cualquier actuación
destinada a la higiene del bebé hay que lavarse bien las manos con agua y
jabón.
Baño
Es una de las responsabilidades de la
familia aunque puede ser responsabilidad del educador en centros de acogida o
residencias.
El baño se debe considerar una norma de
obligado cumplimiento diario.
Una higiene adecuada constituye la mejor
garantía contra las posibles infecciones o irritaciones en su piel.
La piel del bebé (sobre todo en los
primeros meses) es muy frágil y sensible. Se debe bañar al niño cada día a la misma
hora para que forme parte de su rutina.
Si el niño es inquieto, mejor bañarlo por
la noche, porque el agua tibia, la relajación y tranquilidad que le producirá
el baño le ayudará a dormir.
La temperatura de la habitación debe
estar entre 21 y 24ºC
para un recién nacido, y de 20−22ºC a partir de las 6 semanas) y asegurarse de que
no haya corrientes de aire.
La temperatura del agua debe ser templada
(entre 32 y 36ºC )
y nunca sobrepasar la temperatura corporal de 37ºC .
Siempre se debe lavar al niño de arriba
abajo, echándole agua por la cabeza, y por todo el cuerpo, utilizando la
esponja o las manos. El cabello se debe lavar en el proceso de baño, también
diariamente hasta los 2 años, utilizando un champú infantil y sin meter la
cabeza dentro del agua.
No se debe prolongar el baño más de tres
o cuatro minutos.
Es fundamental que se le cubra la cabeza,
porque es esta región del cuerpo por donde los bebés pierden la mayor parte de
su calor corporal, y sobre todo los pliegues para prevenir las escoceduras y los
hongos.
El secado debe hacerse sin frotar al
bebé, dándole solo ligeros golpecitos con la toalla por todo el cuerpo para
evitar así irritarle la piel.
Un vez secado se le debe aplicar una
crema hidratante infantil.
A continuación se ha de vestir para que
no se enfríe y aprovechar para acicalarle.
El baño se convierte en un momento
placentero y que a la vez acrecienta la comunicación afectiva niño−adulto.
Acicalado
Cuidar aquellas zonas que requieren una
higiene específica: peinado, cuidado de los ojos y oídos y cuidado de las uñas.
El cepillo es imprescindible para
mantener su pelo limpio y evitar que le salga la costra láctea o granitos en el
cuero cabelludo.
Para limpiar los oídos se utilizará una
tela suave, una gasa o una toallita húmeda, y se limpiarán los pabellones
exteriores y también la parte de detrás de las orejas donde se acumula
suciedad, en ningún caso se hurgará con bastoncillos de algodón en el interior
del oído.
Los ojos se limpiarán de la nariz hacia
fuera secándolos posteriormente. Los restos de mucosidad, se retirarán
utilizando una toallita o gasa húmeda.
La boca requiere su limpieza particular,
y es conveniente pasarle una gasa después de comer y antes de acostarle. Se
debe evitar acostarle con el biberón para evitar la caries de biberón.
Es importante que los bebés lleven las
uñas cortas, ya que sino es fácil que se arañen la cara. Se deben utilizar unas
tijeras de punto roma y seguir la línea natural de la uña. Las uñas de los pies
conviene cortarlas en línea recta.
En principio es aconsejable cambiar el
pañal antes de acostarse y al levantarse, y también cuando tenga la certeza de
que está sucio, que normalmente coincide después de cada toma.
Es conveniente cambiarle cuando esté
intranquilo o molesto.
A medida que el bebé crezca disminuirá la
frecuencia de sus deposiciones, y por lo tanto la necesidad de cambiarle.
En la escuela infantil, los elementos
necesarios para el cambio de pañal los suministran los padres.
Los cambios de pañales deben hacerse en
un único lugar de la habitación, siendo aconsejable que esté separada del aula.
Estas estancias pueden ser contiguas y es
conveniente que la separación sea en forma de mampara o gran ventanal por donde
se pueda ver lo que ocurre en clase.
Esta sala ha de estar revestida de algún
material lavable y desinfectable.
La limpieza de la zona genital y los
esfínteres anal y uretral ha de ser muy cuidadosa, y se ha de realizar de forma
diferente según se trata de un niño o una niña.
En la niñas: la limpieza ha de realizarse
siempre de delante hacia atrás (de la vagina al ano) y no al revés para evitar
extender bacterias de los intestinos a la vejiga o a la vagina, evitando así
posibles infecciones.
En los niños: desde los muslos hacia el
pene, teniendo especial esmero en los testículos, ya que dada su rugosidad
pueden quedar restos de orina o heces.
Cuando el bebé ya está limpio es
necesario secar la zona afectada, especialmente la zona de los pliegues,
asegurándose de que queden bien secos. A continuación se aplica crema
protectora en toda la zona. No es recomendable el uso de los polvos de talco.
En los bebés son muy frecuentes las
irritaciones y las escoceduras en la zona del pañal, esto es debido a que la
piel del bebé es muy delicada y también al efecto corrosivo de las
deposiciones.
El momento del cambio del pañal es
también una ocasión que el educador puede aprovechar para potenciar el
desarrollo de ciertas capacidades, tanto de tipo afectivo(a través de la
sonrisa y el contacto), como motriz (se estimula al bebé a moverse y a dar
patadas), del lenguaje (comunicación mediante el habla con el bebé, balbuceos),
o sensoriales (sensación de bienestar).
Desvestido y vestido del bebé
Temperatura de la habitación (entre 21 y 24ºC para un recién nacido y
de 20−22ºC a partir de las 6 semanas)
Se le debe hablar mientras se le está
vistiendo. Se puede practicar de paso los ejercicios de pierna que fortalecen
los músculos del bebé.
Medidas de aseo en los niños
· Baño, ducha y aseo
de la piel
.
La piel es una de las primeras barreras
del organismo para defenderse de las agresiones del medio, además, es un órgano
de relación porque en ella está el sentido del tacto.
· La piel del recién
nacido es muy frágil y madura con el tiempo hasta los 8−9 años.
La capa superficial es muy fina para
construir una barrera eficaz contra los agentes externos, por lo que es
extremadamente sensible. Su ph cutáneo es neutro y se va haciendo ácido
progresivamente.
· Por ello, en la
limpieza corporal del niño se utiliza el agua y los jabones neutros o cremas,
según la piel
sea grasa o seca. Ambos disuelven o arrastran la suciedad, limpiando la
epidermis de sustancias extrañas o perjudiciales.
· Cuando el niño se empiece a mantener sentado, se podrá
pasar a bañarlo en una bañera grande, el baño en estos momentos se convierte en un
momento de juego que se puede aprovechar para darles una esponja e incentivarles a que se vaya
lavando él solo.
· En ningún caso se
deberá dejar al niño solo en la bañera.
Alrededor de los 4 años, el baño puede
convertirse en ducha e ir poco a poco prescindiendo de la presencia del adulto
hasta que pueda ducharse solo completamente.
Independientemente del baño diario, los
niños deben lavarse las manos y la cara cada día por la mañana.
El cabello
· Se aconseja
lavarlo 2 o 3 veces por semana a partir de los 2 años.
· Frotar con las
yemas de los dedos.
· En el corte de
pelo debe prevenirse que el largo de los flequillos o de las melenas no moleste
a la visión ni induzca a los niños a tomar posturas corporales forzadas.
· Uno de los
peligros más importantes con relación a la higiene del cabello es la
parasitación.
Los dientes
El cepillado de los dientes es un aspecto
importante a introducir en edades tempranas, ya que su adquisición como hábito
es muy importante para el futuro de su salud dental.
Se recomienda su inicio a partir de los
18 meses, realizando un cepillado después de cada comida, siendo el más
importante el de antes de irse a dormir, ya que es por la noche cuando la
proliferación de bacterias es más activa.
El aprendizaje y la adquisición del
hábito de higiene bucal, se adquiere, en muchos casos, en la escuela infantil:
se enseñará a depositar la crema en el cepillo, y cómo cepillarse (desde la
encía hacia los dientes).
· Controles
regulares a través del dentista.
· Se deben
establecer hábitos relacionados con el abuso de golosinas.
Uñas de manos y pies
Las uñas se deben de mantener cortas y
limpias, ya que son unos de los vehículos de transmisión de gérmenes más
importantes y que más contribuyen a la propagación de infecciones
gastrointestinales.
· Para su limpieza,
además del agua y el jabón, es recomendable utilizar un cepillo.
Vestido y calzado
Antes de elegir la prenda de vestir o el
calzado más adecuado para el niño, la persona adulta deberá tener en cuenta la
edad del niño, la actividad que realizará y el lugar donde estará.
El vestido tiene 3 funciones:
1. Estética.
2. De protección (evitar frío o calor):
es preferible utilizar ropa de fibras naturales como hilo o algodón, porque las
artificiales dificultan la transpiración y pueden provocar alergias. No ha de
tener costuras gruesas que puedan apretar o marcar la piel del bebé.
3. Función ergonómica tanto del propio
niño (facilidad para moverse) como del educador (facilidad para cambiarle).
· La ropa debe ser
holgada, no debe comprimir el cuerpo ni impedir la libertad de movimientos.
· Ha de ser fácil de
poner y quitar, por tanto es preferible que sea de dos piezas.
En bebés, las botonaduras deben
sustituirse por cintas adhesivas o lazadas, para que no quede al alcance de los
niños ni de su boca.
· Para niños más
grandes, los corchetes y las tiras de velcro so las más seguras. Botones
grandes y planos.
El calzado
Desde los primeros meses de vida, hasta
llegar a consolidar su papel de soporte y de miembro para andar. El pie es
especialmente un órgano táctil.
Gracias a él, el niño recibe unos
estímulos que se originan por el contacto del pie con el entorno externo.
· Será un error
aplicar un tipo de calzado que, por sus características de construcción, impida
este intercambio de información.
Cuando el niño empieza a andar se han de
añadir otras consideraciones, relacionadas con el desarrollo del pie y su
función.
Funciones de los pies:
Configurar una base de sustentación para
el niño, es decir, contactar con el suelo y, por lo tanto, mantener el
equilibrio.
· Capacidad para el
desplazamiento
· Capacidad de
reaccionar y de evitar caídas, gracias a la información de la posición y del
espacio que recibe el cerebro de los ligamentos y los tendones del pie.
· Hasta los 6 años
no se considera que tenga una forma parecida al pie del adulto.
· El crecimiento del
pie a estas edades es muy acelerado (3 cm al año).
· Los zapatos han de
ser adecuados al tamaño del pie y se han de adaptar a él perfectamente, para
ello es necesario que mantenga una buena sujeción en la parte del talón y que
deje movilidad a los dedos.
· En el niño que
empieza a andar, la suela ha de tener consistencia, no ha de pesar y ha de
tener gran flexibilidad.
· Los zapatos no
deben restar capacidad de movimiento al pie y han de ser fáciles de quitar y
poner.
· Que sean
transpirables. Es recomendable el uso de calcetines (de lana en invierno y
algodón en verano).
Higiene ambiental
La intervención en la educación infantil
ha de tener como una de sus prioridades la educación medioambiental.
La educación medioambiental se puede
trabajar a través de los diversos contenidos, que deben estar considerados en
el programa, y han de constar de conocimientos apropiados, de formas de acción
para la preservación del mundo natural, y de normas y valores respecto a su
conservación.
La limpieza en el centro debe abarcar
todos los ámbitos: aula, mobiliario y se deben favorecer las condiciones
ambientales más óptimas: temperatura adecuada, recintos ventilados e iluminados
Los centros deberán reunir los siguientes
requisitos referidos a instalaciones y condiciones materiales:
· Ubicación en
locales de uso exclusivo y con acceso independiente desde el exterior.
Una sala por cada unidad con una
superficie de dos metros cuadrados por puesto escolar y que tendrá, como mínimo,
30 metros
cuadrados . Las salas destinadas a los niños menores de
dos años dispondrán de áreas diferenciadas para el descanso e higiene del niño.
· Un espacio
adecuado para la preparación de alimentos, cuando haya niños menores de un año
con
capacidad para los equipamientos que
determine la normativa vigente.
· Una sala de usos
múltiples de 30
metros cuadrados que, en su caso, podrá ser usada como
comedor.
· Un patio de juegos
por cada nueve unidades o fracción, de uso exclusivo del centro, con una
superficie que, en ningún caso, podrá ser inferior a 75 metros cuadrados .
· Un aseo por sala,
destinada a niños de dos a tres años, que deberá ser visible y accesible desde
la misma y que contará con dos lavabos y dos inodoros.
·Un aseo para el
personal separado de las unidades y de los servicios de los niños, que contará
con un lavabo, un inodoro y una ducha.
Negligencia en cuanto a la atención a las
necesidades de la higiene
Los educadores infantiles cumplen una
función como agentes de prevención primordiales a la hora de detectar situaciones
de riesgo social que puedan desembocar en situaciones de maltrato infantil por
negligente o abandono físico. Esto hace referencia a aquellas situaciones en
las que las necesidades físicas básicas del
menor no son atendidas temporal o
permanentemente por ningún miembro adulto del grupo que convive con el niño, en
concreto cuando no se satisfacen las necesidades físicas básicas de higiene,
alimentación, cuidados médicos, etc.
Los educadores deben observar a los niños
de sus centros y hacer un seguimiento de su evolución. A continuación se
presenta una serie de indicaciones, que aunque no de forma exhaustiva, pueden
servir para identificar una probable situación de riesgo de maltrato por
negligencia.
Indicaciones físicas del niño:
· Constante sucio,
escasa higiene, hambriento e inapropiadamente vestido.
· Problemas físicos
o necesidades médicas no atendidas o ausencia de los cuidados médicos
rutinarios.
Indicadores de comportamiento del niño
· Pide o roba comida
· Raras veces asiste
a la escuela
· Dice que no hay
nadie que le cuide
Alteraciones relacionadas con
deficiencias en la higiene
1. Eritema
Es una inflamación con lesiones visibles
en la piel, que en los niños se localiza preferentemente en la región glútea,
anal, genitales externos y cara anterior de los muslos, donde la humedad es
casi permanente.
En casos ligeros, la piel solo se colorea
ligeramente de rojo; mientras que en casos de mayor afectación, pueden llegar a
desarrollarse pequeñas úlceras de profundidad considerable que produce la
intranquilidad de los pequeños.
Pueden considerarse como causas
fundamentales de eritema la irritación producida por los pañales empapados de
orina, la expulsión de heces líquidas o semilíquidas ácidas en estados de
diarrea, el uso permanente de pañales de plástico que impiden la aireación
necesaria, etc.
Medidas preventivas
· Lavar las zonas
afectadas con agua y jabón no abrasivo
· Secar y dejar la
zona expuesta al aire libre el mayor tiempo posible
· Cambiar
frecuentemente de pañales, que estos sean desechables, transpirables y no
oclusivos.
· Proteger la región
con cremas o pomadas
2. Muguet o
candidiasis de pañal
Se trata de una infección por hongos
(candida albicans) que puede aparecer en la boca o zona genital.
En la boca el muguet produce la aparición
de diversas placas blanquecinas con base roja, y provoca una reticencia al
alimento por el dolor que le causa al niño.
· En la zona genital,
se aprecia en enrojecimiento brillante similar al del eritema de pañal
Aunque no es una infección grave no se
puede curar con medios caseros, pero desaparece rápidamente mediante
tratamiento médico.
3. Pediculosis
Es una infestación de piojos.
Los piojos son unos insectos diminutos de
color grisáceo o rojizo. Se alimentan de la sangre humana y cuando pican
producen un intenso picor.
· El síntoma más
claro de la presencia de piojos es el picor.
Se diagnostica con la observación del
parásito o de sus huevos en los cabellos de la cabeza, la mayor parte de las
veces en la zona de las orejas.
Los piojos causante de la pediculosis
tiene un período de incubación de 8
a 10 días y una vez que la cabeza ha sido infestada, la
hembra pone sus huevos (unos 10 por día).
Medidas preventivas
Es conveniente que los niños mantengan
buenas condiciones de aseo e higienes personales.
Ante la presencia de estos parásitos hay
que proceder a una minuciosa limpieza del cabello de los niños e iniciar una
desparasitación.
La pediculosis se transmite muy
fácilmente, ya sea por contacto directo entre una persona infestada y una sana;
o por contacto indirecto a través de objetos contaminados como los peines,
cepillos, gomas para el pelo, etc.
En el caso de que se observe la presencia
de algún niño con piojos en el centro educativo, se han de adoptar diferentes
medidas:
Los niños y niñas que estén infectados
han de permanecer un período de tiempo determinado en su casa.
Se ha de comunicar a los padres la
existencia de la infestación y las orientaciones sobre cómo actuar, ya que para
controlarla es imprescindible su colaboración.
4. Caries dental
Es un proceso patológico y localizado, de
origen externo, que se inicia después de la erupción dentaria. Su efecto se
traduce en la destrucción de las estructuras de los dientes.
La caries es el enemigo más importante de
los dientes
El diente se puede malograr totalmente,
es causa de dolor y molestias y pueden aparecer complicaciones como flemones,
lo que lo convierte en un foco de infecciones.
La caries producida en la primera
dentición se denomina caries del biberón que se produce en los bebés
Es muy común en los bebés que a menudo se
les impregna el chupete con azúcar, miel o algún líquido azucarado, y también
cuando toman el biberón mas de 15 meses seguidos.
Es muy importante conservar los dientes
de leche el mayor tiempo posible, ya que favorece le aparición dientes mucho
más fuertes y evita que los nuevos dientes salgan mal colocados o superpuestos.
5. Helmintiasis
Es el nombre genérico que engloba a las
enfermedades causadas por la parasitación de helmintos o lombrices en el
intestino.
Las lombrices son gusanos blancos
minúsculos que se introducen en el organismo a través de alguna sustancia
contaminada y viven en los intestinos. Ponen huevos alrededor del ano
produciendo un picor intenso, en las niñas los gusanos pueden llegar hasta la
vagina.
Se contagia a través de la vía fecal−oral
y, por lo tanto, está relacionado con una defectuosa higiene de manos y uñas.
Son muy frecuentes y fácilmente
transmisibles en los pequeños.
Son inofensivos pero muy molestos. Pueden
llegar a producir insomnio, intranquilidad y bruxismo (rechinar los dientes).
Es importante mantener las uñas de los
niños infectados cortas, para impedir la irritación que se pueden producir al
rascarse y por otra parte para evitar el efecto de reinfección o infección a
otras personas.
6. Onicofagia
· Hábito compulsivo
de comerse las uñas. Las personas nerviosas están más predispuestas.
Puede provocar heridas en los dedos,
labios y encías, a la vez que facilita la transmisión y el desarrollo de
diversas infecciones.
Ocasiona un prematuro desgaste de los
incisivos centrales superiores, asimismo que se ve afectada la estética de los
manos.
· Tratamiento específico
por parte de médico o psicólogo.
Trastornos de la eliminación
Enuresis
La enuresis es la falta del control del
esfínter urinario.
Se dice que un niño tiene enuresis si,
teniendo edad para ello, no orina por propia voluntad, si no que lo hace involuntariamente.
La evolución espontánea de la micción,
habitualmente, sigue esta secuencia:
· Desde el
nacimiento hasta los 6 meses, la vejiga se vacía sin ningún tipo de inhibición.
· De los 6 a los 12 meses empieza a
aparecer una inhibición producida por el sistema nervioso central, que hace que orine
con menos frecuencia.
·De los 12 a los 24 meses el niño va
percibiendo cada vez más las necesidades de micción y la sensación del vaciado
de la vejiga.
·Hacia los 2 años,
el niño es capaz, en cierta medida, de inhibir voluntariamente y por poco rato
sus ganas de orinar.
· Entre los 2 y 6 años, el niño se ha ido haciendo
consciente de la sensación de la vejiga llena, de la necesidad de orinar y de su capacidad de
inhibir la micción, tan voluntariamente como de una manera inconsciente, es
decir, orina a voluntad.
Generalmente un niño completa el control
de sus esfínteres entre los 4 o los 5 años, por lo tanto no debe considerarse
un problema significativo hasta los 6.
Muchas veces estos niños dominan
perfectamente y a voluntad la acción de orinar durante el día, pero son
incapaces de hacerlo por la noche, entonces se tratará de enuresis nocturna.
Entre las causas que provocan la enuresis
se pueden señalar tanto a nivel físico, de retraso en la implantación de
hábitos higiénicos, o de estrés psicosocial (inicio en la escuela infantil,
nacimiento de un hermano, relación inadecuada con los padres, etc.). Pero
también puede estar provocada por trastornos de sueño u otros trastornos
psíquicos, como la depresión.
Los síntomas de la enuresis funcional
pueden conducir a la turbación, ira y castigo de los educadores, a la burla de
los compañeros, a la evitación de campamentos y visitas en las que se pernocta,
al retraimiento social y a las explosiones de ira. Estas complicaciones, si no
se manejan correctamente, pueden tener un mayor impacto en el resultado a largo
plazo (baja autoestima. Problemas conductuales, etc.) que la enuresis por sí
misma.
Una vez se ha descartado el origen médico
y anatómico de la enuresis, se pueden tener en cuenta algunas estrategias para
su tratamiento: restricción de líquidos durante el tiempo anterior al período
de descanso, vaciar la vejiga antes de ir a dormir, auto limpieza, refuerzo
social (alabanzas) contingente a la respuesta, etc.
Para llevar a la práctica cualquiera de
ellos, educadores y padres tendrán en cuenta el plan individualizado propuesto
por el especialista.
Encopresis
· La encopresis
consiste en la falta de control del esfínter anal.
El niño que sufre esta disfunción está
afectado de un estreñimiento repentino, con una importante retención de heces
muy duras en los últimos tramos del intestino, escapándosele por rebosamiento, involuntariamente,
y de forma casi continuada pequeñas cantidades fluidas y casi líquidas.
En general va acompañada de enuresis.
Este trastorno de la eliminación es menos
frecuente que la enuresis, pero al igual que ésta provoca efectos negativos en
la autoestima del niño.
El problema se atribuye a perturbaciones
del aprendizaje del esfínter en forma de presiones excesivas o de exigencias
inadecuadas a una edad demasiado temprana, y también a manifestaciones de
estrés como el nacimiento de un hermano, o como síntoma de una depresión
infantil.
Aunque la encopresis casi siempre
requiere un control psiquiátrico, el planteamiento educativo adecuado de los
hábitos de control de esfínteres, por parte de educadores y familia, muestra su
importancia en el plano de la prevención de los trastornos de eliminación
mencionados
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